martes, 27 de noviembre de 2012

La comida y su historia


El hígado de pato

         Fueron los egipcios en tiempos remotos, cuando se dieron cuenta de que los patos, ocas y gansos podían almacenar grandes cantidades de grasa para sus migraciones y el sabor de dicho hígado cambiaba sorprendentemente. Los romanos se atrevieron a incluirlo como plato en sus manjares de lujo y más tarde Europa empezó su comercialización, en especial Francia, que se lleva más del 90%de la producción actual. De ellos proviene el nombre de foie gras de canard.

        Hoy en día la mayoría de los productos derivados del foie que están a la venta son solo partes proporcionales de foie con otros ingredientes y aditivos. Nosotros vamos a trabajar el hígado de pato tal y como es. Solo 100% hígado de pato. Así apreciaremos el sabor autentico de este manjar.


La carne de caballo






Se come en Europa desde edades muy antiguas. La carne se ha considerado como más dulce, tierna, y baja en grasas, alto contenido en proteínas que las de cerdo o ternera.
El alto contenido en zinc de la carne de caballo facilita a nuestro organismo la asimilación y el almacenamiento de la insulina. El zinc que contiene esta carne, contribuye a la madurez sexual y ayuda en el proceso de crecimiento, además de ser beneficioso para el sistema inmunitario y la cicatrización de heridas y ayuda a metabolizar las proteínas. Al ser rico en zinc, este alimento también ayuda a combatir la fatiga e interviene en el transporte de la vitamina A a la retina.




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